Las películas de “el gordo y el flaco”, es decir las de Bud Spencer y Terence Hill, eran las opciones más recurrentes cuando bajábamos a por unas cintas para el fin de semana al videoclub. Por regla general caía una romántica o de llorar elegida por mi madre, otra elegida por mi y mis hermanas que solían ser comedias adolescentes de la época o en alguna ocasión de dibujos y por supuesto una de risa que muy mal se tenia que dar para que no fuera de este par de genios italianos. (Mi padre tenia poca capacidad de decisión para estos menesteres y el pobre tragaba con todo…)
De pequeño conducia Karts, pero hubiera dado un pie por un cochecito rojo con la capota amarilla
Sin duda esta película fue la primera que alquilamos de esta entrañable pareja y desde el primer momento se convirt...
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