Siempre me han flipado las pelis con muñecotes, sin embargo, Dentro del Laberinto pasó de manera sigilosa por mi infancia. Si, la vi, me gustó pero nunca me apasionó. Chorrocientos años después las sensaciones siguen siendo más o menos iguales, algo que hablando de una película que tiene sus partes musicales con lo poco que me gustan ya es mucho. Por otra parte también entiendo y comprendo como hay a quien se le ha quedado clavada en la memoria como una joya pulida, ya que elementos para ello tiene y muchos: David Bowie, las marionetas de Jim Hensom, personajes hipercarismáticos y sobretodo ese ambiente entre mágico y onírico que te embriaga con poco que te dejes sumergirte en la historia.
Este es el verdadero aspecto de los integrantes de Carne de Videoclub sin maquillarse
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